Publicado el 01-05-2025 en MDZ on line
“Con Bergoglio fuimos compañeros y amigos”: el recuerdo más humano del papa Francisco
El sacerdote jesuita que reside en Córdoba, Andrés Swinnen, revivió cómo fueron los años de formación religiosa junto a Jorge Bergoglio, con quien mantuvo una amistad hasta sus últimos días.
Una tarde cálida y un homenaje al papa Francisco en el Parque Estancia La Quinta, en la ciudad de Villa Carlos Paz, fue el marco ideal para que el padre Andrés Swinnen revelara el lado más humano de quien fue su colega y amigo, Jorge Bergoglio.
Swinnen es un sacerdote jesuita de 85 años, que reside en la Parroquia Sagrada Familia de barrio Pueyrredón, en la ciudad de Córdoba. Junto a Bergoglio compartió muchas anécdotas de su paso durante su noviciado, por el predio donde hoy se erigen el Centro Parroquial Margarita A. de Paz y la Parroquia del Niño Dios. Y de esa experiencia en los años '60, le quedaron plasmados recuerdos y emociones en torno a la figura del papa Francisco, con quien mantuvo un fraterno vínculo hasta sus últimos días.
Especialmente invitado para compartir su testimonio como amigo personal y compañero de noviciado de Bergoglio, Swinner -que además fue rector de la Universidad Católica de Córdoba- dio una charla especial cargada de emoción.
“Yo fui compañero de Jorge durante dos años de noviciado en Córdoba. Vivíamos juntos, rezábamos juntos y veníamos todos los jueves, y cada verano- desde diciembre hasta marzo- a esta misma Quinta del Niño Dios. Acá empezó a gestarse el hombre que después fue elegido Papa”, relató Swinnen, visiblemente emocionado.
Jesuita con una vasta trayectoria, este sacerdote fue maestro de novicios y superior provincial de su congregación. Ahora se traslada con un bastón y su voz a veces se pierde, pero su testimonio mantiene vivos los recuerdos de una amistad entrañable. “Éramos un grupo muy unido, y Jorge tenía una manera de acercarse a la gente que siempre te hacía sentir escuchado”, detalló.
El homenaje realizado en Villa Carlos Paz incluyó la lectura de fragmentos de la autobiografía del papa Francisco, llamada "Esperanza" y publicada a principios de este año. También se meditó sobre sus encíclicas más significativas y se plantó un árbol como símbolo del compromiso ambiental del pontífice. Pero fueron las anécdotas del padre Swinnen las que tocaron más profundamente al público presente.
“Nos traían desde la ciudad de Córdoba a este predio en Villa Carlos Paz durante el noviciado. Veníamos en camiones, en la caja como ganado”, rememoró entre sonrisas el sacerdote jesuita que conoció a Bergoglio cuando ambos cursaban en 1958.
“Un croata, el hermano Revesic, armó una caja mejor con asientos, pero igual veníamos apretados. Caminábamos entre los yuyos, no había nada, ni luces, ni calles como las hay hoy en lo que se convirtió en una gran ciudad. Íbamos hasta el cerro de la cruz caminando, a veces prendíamos bosta de vaca para espantar los mosquitos. Era primitivo, sí, pero también era hermoso. Uno recuerda esas cosas con cariño”, contó.
También evocó los años de estudio compartido en el Colegio Máximo en Buenos Aires y luego en Chile junto a Bergoglio: “Estudiamos filosofía, literatura, latín, griego… Él me presidió un año porque ya venía con estudios del seminario. Jorge era muy brillante, pero sobre todo muy humano”.
La entrañable amistad con Bergoglio trascendió los años y las fronteras. Y así lo señaló Swinnen: “Jorge me invitó a acompañarlo en su último viaje a Bélgica. Sabía que yo tenía una hermana allá. Eso no lo hace cualquiera… Lo nuestro fue una amistad sincera, de las que no se borran. Y lo que él hizo desde el papado para el mundo fue enorme. Hasta el último día, siguió siendo el mismo Jorge que caminaba entre los yuyos”, concluyó.
Medio Publicado: MDZ on line
Temática: UCC
Autor/Redactor: Gabriela Yalangozian
Fecha de Publicación: 01-05-2025