Publicado el 18-07-2025 en Aduana News
Comercio global en un contexto de incertidumbre
Por Gustavo Scarpetta (*)
Analizando el comercio global, encontramos a la guerra comercial como el principal factor de impacto en las importaciones y exportaciones globales. Aunque también hay una serie de hechos y tendencias que están impactando de manera estratégica:
Un proceso de regionalización sumado a una modificación de las cadenas globales de valor Aumento del comercio electrónico Mayor participación de Asia en el presente y perspectivas de crecimiento en el futuro Mayor volumen de comercio de servicios y más alta tasa de crecimiento que el de bienes El proceso de regionalización tiene como una de sus causas el crecimiento de la incertidumbre generada por varios motivos, las guerras, el conflicto comercial China-EEUU y la rotura de suministros logísticos durante y después de la pandemia. Surge la necesidad de Nearshoring y Friend Sharing, definido sencillamente como la reubicación de las fábricas en países cercanos o en países amigos. Ganadores de este proceso son países como México en América o Vietnam en Asia.
Es normal sorprendernos con la noticia que Amazon adquirió un millón de robots para su sistema de pedidos y compras por comercio electrónico, la entrega utilizando drones y observar estadísticas del aumento de adquisiciones por vía e-commerce. La primera gran etapa del e-commerce fue un Tsunami que encontró con baja preparación logística al sector privado y el público. Ahora se espera un nuevo crecimiento exponencial que encontrará mejor preparado al sector privado, pero donde los sectores públicos, aún caminan muchos atrás en este proceso. Los correos, las aduanas y las áreas que norman al respecto, parecen observadores globales de una transformación en la cual son actores secundarios pero necesarios. Todos los pronósticos apuntan a un crecimiento acelerado.
Para citar algunos datos al respecto:
El comercio electrónico minorista (B2C) tendrá un crecimiento sostenido del 8 % anual durante los próximos años.
Según ciertas estimaciones más optimistas, el sector en su conjunto podría crecer hasta un 15 % anual entre 2025 y 2032.
En B2B, el valor del e-commerce ya supera los USD 27 billones y sigue expandiéndose a tasas de dos dígitos.nos datos al respecto:
Otra parte del escenario que fue modificado es la participación de Asia. A comienzos del siglo tenía solo dos países dentro de los 10 mayores países exportadores dentro del ranking. Hoy tiene cuatro (China, Japón, Corea, Hong Kong) y al número 1°, China, que se espera antes del 2030 exporte el doble que el segundo, Estados Unidos.
Más del 40% del comercio global de bienes es asiático, y algunos pronostican que tendrá la mitad de todo en menos de 10 años.
Pero no solo de bienes vive el mundo, los servicios han tomado un camino de mayor crecimiento que el de los bienes y tienen una productividad que sube a mayor velocidad. Los países que ponen foco en servicios eliminan el factor logístico que tanto ata a los exportadores de bienes. Una suba del petróleo por conflictos bélicos o comerciales tiene gran impacto en el flete y en el intercambio de bienes, pero nada en el de servicios. Una forma de reducir las barreras logísticas para exportar más, es vender más servicios al mundo, y algunos países han tomado esa estrategia y trabajan desde las normas y el Gobierno para fortalecer esos sectores.
A comienzo del siglo, los servicios representaban el 10% del comercio de bienes, llegaron al 33% y se espera que sean la mitad para 2030.
Trump ataca con suba de aranceles y después modifica sobre la marcha, lo que genera aún más incertidumbre. Contramarchas y treguas van reconfigurando el comercio global, y dificultando las decisiones. EEUU es el mayor importador global y sus aranceles -más altos o más bajos- significan algo relevante para la economía global.
Desde su primera presidencia, Donald Trump utilizó los aranceles aduaneros como arma geopolítica, particularmente contra China, pero también contra aliados estratégicos. El nivel de los aranceles aplicados en su primera gestión fueron muy inferiores a los establecidos actualmente.
Para destacar el desarrollo cronológico de este conflicto arancelario y geopolítico, destacamos que en la primera etapa de Trump, estableció aranceles a bienes chinos por más de 350.000 millones de dólares y China respondió con medidas similares. El comercio global se resintió, creciendo a menor velocidad.
Con el Gobierno de Biden, solo se relajan algunas medidas y comienza una etapa de prohibiciones estratégicas, fundamentalmente en semiconductores.
Trump estableció en febrero, un arancel de 10% a China y de 25% a México y Canadá, sus dos socios principales. Dos días después suspende las medidas contra México y Canadá.
El 4 de marzo Estados Unidos suma 10% al arancel sobre China (llega a 20%) y los asiáticos responden con 15% a productos agrícolas, que es lo que más le compran a los norteamericanos. También EEUU sube aranceles a los autos.
Aunque el momento de más impacto en todo este proceso fue el 2 de abril, cuando a través de un gran anuncio, estableció aranceles a China de 34%, a Europa de 20% y hasta de 90% a países como Vietnam, en lo que denominaron el día de la liberación. Dos días después, China anuncia un arancel de 34% contra EEUU y comienza una vigorosa escalada. El 9 de abril China implementó 84% de arancel, y EEUU también, llegando a un total de 104%. Las bolsas sienten el impacto y los pronósticos sobre el comercio global son malos.
La etapa final llegó tras un arancel de 125% establecido por China y la tregua firmada en Suiza, periodo que vencerá el 10 de agosto y que redujo los aranceles a solo 30% y 10%.
Lo que generaron estos cambios es un aumento de la incertidumbre, que impactó en caída de las bolsas, suspensión de inversiones y fuerte aumento de los fletes. Los organismos internacionales y las consultoras pronostican una caída en el comercio mundial, por ejemplo la Organización Mundial de Comercio (OMC) estima un 0,2% menos.
El aumento de los fletes a nivel global se debió a que todas las líneas marítimas priorizaron trasladar desde China a Estados Unidos para llegar antes de la fecha de finalización de la tregua, que será a mediados de agosto.
Eso tuvo un efecto en todo el comercio global, a lo que se sumó el conflicto Irán-Israel que aumentó el precio del petróleo.
Claramente la incertidumbre ganó el escenario global, porque nadie puede asegurar qué pasará después del 10 de agosto. Los caminos posibles son tres, mantener lo acordado en la tregua, volver a la situación inicial a comienzos de 2025 con aranceles más bajos, o que vuelvan los increíbles niveles de 125 y 145%. Todo es posible en el escenario de los negocios internacionales.
Trump fundamenta sus medidas en el enorme déficit comercial entre ambos países. Es de 295.000 millones de dólares anuales. China le vende mucho y le compra poco. Aunque además, los chinos le venden insumos tecnológicos, juguetes y ropa, mientras que le compra materias primas (petróleo, soja, etc). Algo estratégico en este intercambio es que China puede comprarle a otro lo que le compra a Estados Unidos, pero los norteamericanos no pueden comprarle a otros países lo que le adquieren a China -y menos a esos precios-.
El efecto más importante de la guerra comercial es la desaceleración del comercio mundial que la OMC estima en un 0,2% pero que podría ser más profunda luego de lo que ocurra tras el período de tregua que habilitaron ambos países.
🔴El segundo efecto es la reconfiguración de las cadenas de valor:
Empresas trasladan producción fuera de China (Vietnam, México, India). Surgen nuevos hubs logísticos por efecto del nearshoring y friendshoring. 🔴El aumento de precios en Estados Unidos, generando presión inflacionaria, menor competitividad en sus exportaciones y una necesidad de modificar la tasa de interés por parte de la Reserva Federal, podría tener efectos globales, dada la importancia de esa tasa en las inversiones mundiales.
🔴La incertidumbre no es buena para el flujo de Inversiones Extranjeras Directas (IED), se suspenden o directamente se anulan. El mundo viene de períodos donde la IED se mostró frágil y en caída, por lo que la radicación de nuevos proyectos se puede ver afectada por la guerra comercial.
🔴El quinto efecto es una guerra tecnológica y estratégica en semiconductores, 5G, Inteligencia Artificial y tierras raras. Detrás de los aranceles también hay una limitación para no entregarle bienes fundamentales al rival en esta lucha que no es exclusivamente económica.
Las otras cinco derivaciones de la Guerra comercial son:
🔴Nuevas estrategias industriales de los países líderes, refuerzan políticas sobre minerales críticos e insumos fundamentales.
🔴Un impacto sectorial en Estados Unidos y otros países, como las represalias a la compra de Soja por parte de China
🔴Crecimiento de la volatilidad financiera. En momentos de incertidumbre, se observa un “Fly to Quality”, un cambio hacia activos más seguros, que siempre se genera en la incertidumbre y donde los mercados menos tradicionales pierden atractivo. Una medida de eso es que el oro aumenta su cotización.
🔴Redistribución del comercio internacional, ya que países amigos o cercanos pueden verse beneficiados por mayores compras o inversiones. México, Canadá o Vietnam podrían verse favorecidos.
🔴La OMC y sus sistema de negociación y trabajo sobre los conflictos comerciales se debilita, y pierde capacidad operativa. Estos conflictos, solucionados o juzgados dentro de dos años, no tienen eficiencia real.
Una Guerra Comercial nunca tiene beneficios globales, puede darse que algún país o sector se beneficie ganando un nuevo mercado, pero la caída en el comercio global es el resultado lógico. Un mundo con menos comercio e inversiones, es uno con menos crecimiento y desarrollo. Si la economía decrece, aumentan las presiones sobre los impuestos y las prácticas proteccionistas. Todo puede terminar convirtiéndose en un círculo vicioso.
La idea de Trump de reindustrializar Estados Unidos puede ser difícil de implementar y lograr. Estados Unidos es más competitivo exportando servicios al mundo que bienes.
Dos efectos que podrían observarse: por un lado, los exportadores latinoamericanos podrían verse beneficiados si sustituyen productos chinos o brasileños (por ejemplo, café colombiano, carne argentina, jugos mexicanos).
Por otro lado, se anticipa una mayor regionalización, a lo cual los países de nuestra región deberían estar planificado de acuerdo a ese escenario.
(*) El autor es Especialista en Comercio Internacional, con una sólida formación académica y experiencia en el campo. Además, se desempeña como docente universitario en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y la Universidad Católica de Córdoba (UCC), donde imparte conocimientos sobre comercio internacional, políticas aduaneras y temas relacionados.
Medio Publicado: Aduana News
Temática: UCC
Autor/Redactor: Gustavo Scarpetta
Fecha de Publicación: 18-07-2025