Publicado el 28-10-2023 en La Voz del Interior

Inclusión escolar: expectativa o realidad

Garantizar el derecho al acceso, la permanencia y la promoción a las personas con discapacidad en el ámbito educativo vuelve a poner a la escuela como protagonista de los cambios que tanto deseamos.

Por Soledad cabral (*)

No tenemos vacante”, “ya cubrimos el cupo de inclusión”, “no estamos preparados”, “le convendría una escuela especial”, “no contamos con integradores”, o la utilización de maniobras desgastantes para que las familias se cansen y se cambien de colegio, son algunos de los obstáculos en el proceso de inclusión del estudiante con discapacidad.

Esa es la realidad. La expectativa descansa en la letra de la ley. Vasta, clara y contundente legislación, tanto internacional y nacional como local (Ley de Educación Provincial número 9.870 y resolución ministerial 1.825/19) ordenan garantizar la igualdad de oportunidades y posibilidades por el principio de inclusión educativa, asegurando las condiciones que favorezcan la inclusión escolar y el acompañamiento de las trayectorias escolares de los estudiantes con discapacidad, mediante la disminución o la eliminación de toda barrera.

Es decir, pese a la normativa, los escollos, las excusas o el crudo rechazo de niños con discapacidad en escuelas comunes son una materia corriente.

Como lo describe Eugenia Yadarola en un informe recientemente, publicado por la Universidad Católica de Córdoba, “hay una gran brecha entre lo que debería hacerse y lo que se hace, pero también hay una distancia más preocupante, que es entre lo que dicen que hacen y lo que realmente hacen…”.

PRIMER PASO: RECONOCERLOS

Para cumplir la ley, diseñar e implementar políticas públicas que garanticen el derecho humano a una educación equitativa y de calidad, es necesario, inicialmente, reconocer, individualizar, visibilizar a los chicos con discapacidad en edad escolar.

La Subsecretaría de Discapacidad, en julio de 2022, manifestó que había alrededor de 100 mil certificados de discapacidad (CUD) en toda la provincia. Suponiendo que, en el ideal, todos los niños tengan CUD, ¿cuántos de esos 100 mil certificados corresponden a chicos en edad escolar? Y de esa porción, ¿cuántos están escolarizados, qué discapacidad tienen, a qué escuela asisten?

El primer paso para lograr una educación inclusiva es contar con un padrón educativo de la discapacidad, a fin de dar acompañamiento a las necesidades de los niños y sus familias.

SEGUNDO: PUERTAS ABIERTAS EN TODAS LAS ESCUELAS

La normativa posibilita la libre elección de escuela para los niños con discapacidad; sin embargo, en la práctica, los padres enfrentan una odisea al momento de pretender matricularlos, y la situación se complica aún más si se trata del secundario.

Para poner un ejemplo menor: entre el próximo 30 de octubre y 15 de noviembre se abren las inscripciones online para nivel inicial, primer grado y primer año en escuelas públicas provinciales, y no existe en el formulario una opción para señalar que se trata de un niño con discapacidad o adjuntar el CUD.

Es por ello que, desde la asociación, solicitamos que los niños con discapacidad tengan prioridad al momento de seleccionar la escuela, y un control ágil y diligente ante la negativa de las instituciones para inscribirlos.

TERCERO: ESCUELA INCLUSIVA

Como plantea Rosa Blanco Guijarro, en el prólogo a la versión en castellano del Índice para la inclusión, “la educación inclusiva no tiene que ver sólo con el acceso de los alumnos con discapacidad a las escuelas comunes, sino con eliminar o minimizar barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el alumnado”.

La primera y más importante traba por superar es la falta de preparación docente. Con total honestidad reflexiva, maestros y directivos nos manifiestan su preocupación al encontrarse con que deben enseñar a la diversidad de estudiantes con recursos escasos y capacitación insuficiente. La angustia, la impotencia y la desazón se enfatizan cuando se trata de enseñar a niños con discapacidad.

Propagando las necesidades que nos transmiten las familias, solicitamos a la próxima gestión educativa provincial mayor formación y capacitación en educación inclusiva, para que el estudiante con discapacidad sea acogido con conocimiento y ternura pedagógica, y con dinámicas de trabajo que lo abracen.

También consideramos imperante establecer equipos de fortalecimiento sociopedagógico en cada escuela donde estudien chicos con discapacidad; maximizar la cantidad y calidad de docentes de apoyo a la inclusión; trabajar en la transformación de la modalidad especial como un sistema de apoyo para la común; implementar docentes itinerantes para la enseñanza de la lengua de señas; adecuación edilicia (baños adaptados y rampas), y sensibilizar al alumnado sobre la diversidad, para crear un clima áulico de ayuda mutua, cobijo y comunicación.

Garantizar el derecho al acceso, la permanencia y la promoción a las personas con discapacidad en el ámbito educativo vuelve a poner a la escuela como protagonista de los cambios que tanto deseamos para la conformación de una sociedad más solidaria, justa, equitativa e igualitaria.

*Abogada; presidenta de Familias por la Educación Córdoba

Medio Publicado: La Voz del Interior

Temática: UCC

Autor/Redactor: Soledad Cabral

Fecha de Publicación: 28-10-2023