Publicado el 13-11-2025 en Comercio y Justicia
La UCC lanza su Doctorado en Derecho, con anclaje internacional para un mundo jurídico globalizado
En esta entrevista, el Dr. Armando Andruet, director de la carrera de posgrado, detalla la innovadora currícula semiestructurada. Con un fuerte anclaje internacional y foco en el pensamiento crítico, el programa busca formar juristas capaces de discernir con verdad en un mundo colonizado por la tecnología y la IA.
En un escenario global donde la velocidad de la tecnología y el auge de la inteligencia artificial parecen desafiar los cimientos mismos de la reflexión humana, la formación de los futuros juristas exige una reconfiguración profunda. Ante este desafío, la Escuela de Posgrado de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) ha estructurado su propuesta de máxima jerarquía académica con el lanzamiento de su Doctorado en Derecho, que iniciará su primera cohorte en 2026. Este programa de posgrado está diseñado para integrar disciplinas y fomentar un pensamiento crítico capaz de navegar la complejidad contemporánea. Para comprender la visión y la arquitectura de esta carrera, dialogamos con su director, el Dr. Armando Andruet.
La visión de un nuevo doctorado en la era de la IA
Al ser consultado sobre la visión principal que impulsa la creación de este doctorado, el Dr. Andruet subraya la necesidad de adaptabilidad y profundidad en la formación actual. Para él, el contexto actual es un factor determinante que moldea la estructura del programa. La mera acumulación de conocimiento ya no es suficiente; el discernimiento se vuelve central. “No se puede desconocer que las maneras de adquirir el conocimiento hoy son muy diferentes a las existentes en tiempos anteriores. Así, la elección de los contenidos curriculares que se han seleccionados es central; como así también la construcción de un sano pensamiento crítico que todo profesional en las sociedades modernas debe poseer para poder discernir con juicios razonables y objetivos el devenir del acontecer de las cosas”, continúa Andruet. En este punto, el director introduce una de las claves filosóficas del programa: la tensión entre la razón discursiva y la instrumental. “Y que tal como cualquiera de nosotros puede advertir de modo por demás evidente en tiempos donde la razón discursiva parece para muchos estar oculta por el auge de la razón instrumental y la tecnología, especialmente la IA, que parece colonizar todos los espacios de reflexión y acción”.
Un diseño curricular flexible con vocación internacional
Una de las características más destacadas del doctorado es su innovador diseño curricular, pensado para combinar una base epistémica sólida con una alta capacidad de personalización y articulación global. “La carrera está formulada en una modalidad ‘semiestructurada’, con un tramo rígido y otro flexible”, detalla Andruet. El tramo rígido, explica, es general para todos los doctorandos y busca construir el modelo epistémico que la UCC considera fundamental para un jurista del siglo XXI. Este primer tramo se compone de cuatro asignaturas centrales. “Cada una de ellas tiene un cursado obligatorio de 36 horas -en ellas teóricas y prácticas- y que está previsto que pueda ser cumplido en modo presencial sincrónico o híbrido y aspira a construir el modelo epistémico que la UCC ha considerado el más saludable para un doctor en derecho en la tercera década del siglo XXI”. Este modelo busca trascender las fronteras del derecho local. “Esto es, que tenga conocimiento y herramientas suficientes para comprender el funcionamiento de un sistema de derecho que no es el propio y, a la vez, pueda pensar en prácticas profesionales en los tribunales internacionales”, afirma.
El director es enfático en la necesidad de superar la formación tradicional, un punto de interés para cualquier profesional del derecho con proyecciones en el ámbito profesional, corporativo o en organismos internacionales. “La idea del doctorado es la de una mirada más universal, completa y profunda; más culta que reactiva”. El segundo año de la carrera materializa la flexibilidad. Aquí es donde la articulación nacional e internacional cobra pleno sentido, permitiendo al doctorando diseñar un trayecto a medida. “Es posible que a su trabajo de tesis le resulte más conveniente y provechoso una oferta académica brindada en otro espacio académico de la Universidad o de otra casa de estudios, sea ésta nacional o extranjera”, describe Andruet.
La UCC potencia y promueve esta flexibilidad a través de su robusta red global, un activo de gran valor. “Vale señalar la homologación natural que la Universidad Católica de Córdoba tiene con un conjunto de universidades que integran el amplio marco de Universidades Jesuitas (AUSJAL) que son unas 30 instituciones en 14 países de América Latina y cerca de 200 en todo el mundo, lo cual es facilitado acorde los requerimientos de la universidad de destino”.
El perfil del doctorando
Para quién está pensado este doctorado? El Dr. Andruet se aleja de las definiciones restrictivas y apela a la tradición formativa de la UCC para describir el amplio abanico de perfiles que se beneficiarán de esta carrera. “Sin duda que se ha reflexionado, sobre la base de la experiencia de más de 60 años de formar en la República Argentina, abogados generalistas, y por ello aptos para el litigio, la judicatura, el empresariado y la mera erudición. Todo ello, tanto cuanto, sobre la idea de una formación auténtica y completa”, rememora. El doctorado toma esa misma aspiración y la eleva. “El doctorado repite la aspiración con perspectivas naturalmente diferentes y más profundizadas. No se aspira a ser doctor por una misma cosa, sino que puede haber muchas razones y, a la vez, también diferentes motivos, y en ese abanico se habrán de apuntar aquellas que pueden ser más figurativas a otras claramente laborativas. Aspiramos a poder dar satisfacción en su medida a todas ellas”.
Formar para transformar: el impacto en la magistratura y la doctrina
Un programa de este nivel no solo busca la excelencia académica individual, sino también generar un impacto tangible en la sociedad. Consultado sobre cómo el doctorado prepara a sus egresados para influir en la magistratura, la doctrina y la producción legislativa, el Dr. Andruet apela a la identidad formativa de la Compañía de Jesús. “De seguro que lo será de la misma manera en que siempre las universidades de la Compañía de Jesús han pensado este tema, esto es, dotando a sus egresados de capacidad de discernir con verdad y sin especulación las cuestiones para la mejor realización de la sociedad”. Este discernimiento, aclara, debe ser activo y orientado a la acción en los centros de decisión. “Y ello supone tener miradas atentas y transformativas en los espacios donde se construye el poder, sean ellos en los sistemas de justicia, los espacios de generación de pensamiento, las legislaturas y la administración ejecutiva”.
El compromiso ético como punto de apoyo
Finalmente, Andruet destaca el compromiso con la justicia y los valores éticos del programa. “Tiene sin duda una gran centralidad”, afirma. La conclusión del director es una elocuente metáfora sobre la formación doctoral: “No se trata solo de tener el instrumento para la transformación, sino de conocer claramente cuál es el punto de apoyo del mismo”. Ese punto de apoyo es un ideario ético sólido, capaz de sostener un estado de derecho en un contexto globalizado. “La construcción de un ideario ético de la vida profesional y los compromisos con la vida transparente en un estado de derecho donde se respeten las diversidades morales, las ideologías políticas y promueva la vida en común de todos, al amparo del reconocimiento de la dignidad humana; es un ideal posible al que un modelo de justicia puede proyectarse”.
“El doctorado busca formar juristas capaces de discernir con verdad en un mundo colonizado por la tecnología y la IA”.
MÁS INFORMACIÓN EN: https://posgrado.ucc.edu.ar/carreras/doctorado-en-derecho
Medio Publicado: Comercio y Justicia
Temática: Posgrado - UCC
Autor/Redactor: Redacción
Fecha de Publicación: 13-11-2025